Si las personas en vez de dar tantos rodeos dijésemos las
cosas como son, como en realidad pensamos, evitaríamos muchas situaciones
desagradables o también generaríamos nuevas situaciones.
Pero no, nos gusta complicarnos, dejar las cosas pasar, sin
decir como en realidad son y eso acaba llevándonos a problemas. Por no hacer
daño a gente que quieres, prefieres callarte, sin darte cuenta que así estas
causando más daño.
Estar hecha un lío es una mierda y ahí nadie te puede
ayudar. Da igual lo que digan tus amigos, familiares o personas de alrededor.
Al final, acabas haciendo lo que a ti te plazca, sin pensar en las
consecuencias.
El problema viene después, cuando sabes que la has cagado
pero no hay vuelta atrás, solo aceptar los errores y seguir hacia adelante.